La ruta parte del Recinto Ferial, desde donde se puede ver el Baluarte de San Blas. Este forma parte de la muralla construida en el siglo XVII. Sufrió varios asedios durante la Guerra de Restauración entre Portugal y España por la independencia del primero, que dependía de los reyes de la casa de Austria desde 1580. El levantamiento contra el rey Felipe IV de España (Felipe III en Portugal) y el posterior nombramiento de rey propio desencadenó un conflicto que se prolongó desde 1640 hasta 1668, denominado en Portugal Guerra da Restauração.
La muralla fue diseñada por el ingeniero jesuita holandés Cosmander, que trabajaba para la corona portuguesa. Gilot, ingeniero francés alumno de Descartes y con la recomendación de este, trabajó también en la fortificación de Olivenza. Todavía en obras, y en el contexto del anteriormente mencionado conflicto, fue conquistada en 1657 por tropas españolas bajo el mando del duque de San Germán, tras cuatro tentativas frustradas, siendo devuelta a Portugal con la firma del tratado de Lisboa de 1668. Con la paz, fueron retomados los trabajos de fortificación. El baluarte de San Blas, como el resto de la muralla, se construyó inicialmente de tierra y fajina (haces de ramas), como todos los demás, siendo estos materiales más baratos que la piedra y la cal, con los que está revestido actualmente todo lo que queda de la escarpa, restaurada en algunos fragmentos. En el suelo del recinto ferial, empleado actualmente como espacio de aparcamiento, se han incrustado nueve piedras con fechas clave para la historia de Olivenza: